“Hay una filosofía que defiende que si alguien ha logrado algo, yo podré lograrlo y si nadie lo ha conseguido aún, yo seré el primero en hacerlo”.
Desde que era pequeño, Erlantz Otaola siempre tuvo una idea muy clara, quería ser astronauta. A los nueve años, su profesora le propuso escribir a la NASA y él así lo hizo. En la carta les preguntó qué pasos debía seguir para llegar a tener la profesión de sus sueños. Para su sorpresa, en unos meses, Erlantz recibió una respuesta a todas sus preguntas. Ahora el joven tiene 23 años y está siguiendo los consejos que los de la NASA le dieron. Actualmente se encuentra trabajando, realizando el doctorado y desarrollando proyectos en EhuSpace.
«¿Cómo has llegado a donde estás ahora?
Tras estudiar el grado en Ingeniería Electrónica Industrial y Automática y mientras estudiaba el máster en Ciencia y Tecnología Espacial, dos antiguos alumnos del máster formantes de la organización estudiantil EhuSpace vinieron a darnos una presentación del grupo para ver quién quería formar parte de él. Tras presentarme voluntario, me invitaron a asistir a la sede de la ESA (Agencia Espacial Europea) en Holanda, para presentar un proyecto en curso acerca de un detector de rayos cósmicos y ver si éramos seleccionados por la Agencia para lanzar el experimento en un globo estratosférico.
Tras ser seleccionados, en febrero estuvimos en el centro de lanzamiento de la Agencia Espacial Sueca recibiendo clases de parte de profesionales en el mundo del espacio sobre cómo llevar un proyecto en el ámbito espacial.
Meses después nos encontrábamos lanzando el globo desde el centro sueco.
En paralelo, fui terminando el máster y me inicié en el programa de doctorado de Ingeniería de Control, Automatización y Robótica (UPV/EHU) orientado al desarrollo de tecnologías de control de dispositivos de captación de energía undimotriz (de las olas) a la vez que comenzaba mi carrera profesional en IDOM, una ingeniería, donde me encuentro actualmente trabajando.
¿Tuviste una buena orientación a la hora de decidir tu futuro académico?
Mi orientación no se podría decir que fuera especialmente aclaratoria. Debo reconocer que en cierta medida la responsabilidad fue mía. Nunca me ha gustado especialmente ir a preguntar a nadie sobre qué le parece esto o lo otro. Mis decisiones forjan mi camino y debo tomarlas yo. Preguntar a gente hace que tus decisiones estén influenciadas hacia lo que ellos quieren y no es algo que me guste. Siempre he preferido mirar la información acerca de cada una de las opciones y crear mis propias ideas.
Muchos jóvenes se encuentran en el momento de elegir sus futuros estudios, ¿qué consejos les darías?
Que sueñen alto. Hay una filosofía que defiende que si alguien ha logrado algo, yo podré lograrlo y si nadie lo ha conseguido aún, yo deberé ser el primero en hacerlo. Eso es lo que le diría. Que no les de miedo y que no se echen para atrás por nada.
Que las decisiones bien aprovechadas son oportunidades y que no se preocupen tanto de pensar si están eligiendo mal o bien. Cualquier decisión tomada llevará a buen puerto siempre que se luche por ella.
Y que no teman al futuro, que nadie sabe lo que va a venir.
Y por último, ¿cómo ves el papel de las mujeres en el mundo de la ciencia?
Mi opinión se resume en unas pocas líneas. Se ha avanzado un gran camino en la incorporación de la mujeres en la ciencia pero en ciertos ámbitos creo que falta por recorrer un camino mayor. Me explico, desde aquellos años en los que los astrónomos hacían uso de las mujeres como simples computadoras sin poder siquiera firmar sus descubrimientos hemos avanzado mucho. Sin embargo, en todos los artículos que he leído rara vez veo autoras en ellos, lo que me hace pensar que si bien algo se ha mejorado, aún queda mucho para llegar a la igualdad entre hombres y mujeres.»
Eskerrik asko por tus consejos Erlantz, y ya sabéis… ¡no dejéis de luchar por vuestros sueños!